Desde fines del 2015 se vienen concretando exportaciones a Holanda, de un producto que toma cada vez más importancia a nivel energético y medioambiental: el Biodiesel producido con aceite usado de fritura.
En la nueva exportación se enviaron 140.000 litros de Biodiesel con un precio competitivo a nivel internacional, demostrando el creciente interés y compromiso de varios países por invertir en energías renovables para mitigar el cambio climático. El Biodiesel producido con aceite usado de cocina se envió al puerto de Montevideo desde la Planta 2 de Biodiesel en Capurro a fines de la semana pasada. Con esto se consolida la apertura de nuevos mercados que se visualizaba en diciembre, con la primera exportación de la empresa.
Por otro lado, la correcta gestión de los 140.000 litros de Biodiesel exportados, representa una forma sustentable de disposición del aceite usado de fritura, que si se hubiese vertido en ríos y arroyos del país, habría causado la contaminación de 140 millones de litros de agua.
El gran interés por las energías renovables a nivel mundial.
Es creciente el valor del Biodiesel obtenido a partir del aceite de fritura usado, ya que este reduce en un 83 % las emisiones de CO2 a la atmósfera frente al Biodiesel producido con otras materias primas. Tras la primera exportación en diciembre de 100.000 litros, la segunda en marzo de 120.000, se concreta la tercera que totaliza 360.000 litros enviados a Holanda hasta el momento.
En nuestro país, el relacionamiento de ALUR con la empresa holandesa Argos ha facilitado la concreción de estos negocios, que también han sido posibles a partir de la auditoria y certificación del proceso y producto final de las plantas de Biodiesel 1 y 2, ubicadas en Paso de la Arena y Capurro. La certificación de las plantas se realiza de acuerdo a la norma europea International Sustainability and Carbon Certification (ISCC).
International Sustainability and Carbon Certification (ISCC).
La certificación ISCC es una prueba del cumplimiento de criterios ambientales, sociales y de trazabilidad y califica a las empresas de biomasa o biocombustible para obtener el reconocimiento legal en el marco de las metas establecidas por la Directiva del Consejo Europeo relativas a Energía Renovable 2009/28/CE (UE-RED). Esta certificación es realizada por organismos de certificación independientes que controlan la sustentabilidad de la producción.
Las características más destacadas de la certificación ISCC son que cubre cadenas de valor enteras, desde la obtención o producción de materia prima hasta el consumidor final, garantizando la trazabilidad dentro de la cadena auditada. Es un sistema global que facilita el comercio nacional e internacional, aplicándose en el mercado europeo y a nivel mundial. Su principal virtud es brindar más seguridad para las empresas, porque también tiene en cuenta la sostenibilidad social, evitando costos adicionales elevados.
Plan de Reciclaje de aceite doméstico usado en Uruguay.
Con “La Energía se Transforma” en nuestro país, se han colocado 22 contenedores inteligentes para la recolección de aceites usados domésticos, 4 en Maldonado (Piriápolis), 7 en Canelones (San Antonio, Atlántida, Las Toscas y Jaureguiberry) y 11 en Montevideo, y se continúa con la recolección de aceite usado de fritura en grandes superficies y cadenas gastronómicas iniciada con anterioridad.
De esta forma se producen energías renovables con la gestión adecuada de un residuo altamente contaminante, teniendo un doble beneficio en la producción de Biodiesel: la no contaminación de los cursos de agua y la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera al sustituir al gasoil.
Desde el año 2009, a partir de la producción de biocombustibles ALUR ha contribuido a mitigar el cambio climático con la reducción de 773.795 toneladas de CO2. Tan solo durante 2015, la reducción de emisiones fue equivalente a que dejaran de circular en el año 73.414 vehículos.